Testamento de un encomendero
Texte intégral
“Vengo de un país atravesado en la garganta
Que no deja que me vaya acostumbrando a la distancia”
Marta Gómez
No sucumbiré a tu ternura.
Me gusta la violenta incandescencia de las hojas,
el árbol resquebrajado de la memoria,
el país alzado en sombras.
¿Qué amas de mi sino la sangre?
Si he de amarte, me desangraré.
¿Qué amarás de mi cuando te ame?
Eres hija de esta tierra
y yo apenas visito tus fronteras
con la sonrisa del aldeano vanidoso.
Abre las puertas de tu aldea
y déjame reposar cenizas en tu viento.
No me rompas los dedos con tu piel de tambor,
déjate acariciar por mis furias.
Te lastimaré, es cierto,
pero con el amor infinito del exiliado.
Resiste a la incandescencia del árbol
que se desploma en el desierto.
No renuncies a todo lo que de ti
llegue a ser memoria.
Ternura convicta,
violencia dulce,
lastimo tus alas con mis labios,
resquebrajo tus ojos
con la enjaulada oscuridad
de mis colores.
Pour citer cet article
Référence papier
Fernando Vargas Valencia, « Testamento de un encomendero », L’Ordinaire des Amériques, 214 | 2010, 227.
Référence électronique
Fernando Vargas Valencia, « Testamento de un encomendero », L’Ordinaire des Amériques [En ligne], 214 | 2010, mis en ligne le 01 septembre 2013, consulté le 28 mars 2024. URL : http://journals.openedition.org/orda/813 ; DOI : https://doi.org/10.4000/orda.813
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